La danza jazz es un estilo único que combina movimientos y técnicas del ballet tradicional con pasos de danza contemporánea. No tiene mucho que ver con el estilo musical y menos aún con la improvisación que lo caracteriza, ya que se puede bailar con canciones de cualquier tipo y requiere coreografías ensayadas y muchas veces en sincronía con el resto del grupo.

 

Mayor flexibilidad

Al igual que en otras disciplinas, uno de los aspectos que más se necesita trabajar es la flexibilidad. Esta cualidad física es necesaria para diversos movimientos dentro de la coreografía. En este estilo en concreto, ser flexible aún es más importante. El dorso es una de las partes del cuerpo que más se trabaja, sobre todo los abdominales y las lumbares. Los pasos característicos de la danza jazz requieren una gran fuerza en esta zona, así que el trabajo físico comienza desde el primer momento por lo que los cambios en el cuerpo se perciben en poco tiempo.

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Relajación y equilibrio mental

A nivel mental, la relajación es una de las principales ventajas que nos puede aportar el baile. Es uno de los motivos por los que muchas personas deciden acudir a clases de baile. Durante la sesión, segregamos adrenalina y endorfinas, que proporcionan una gran sensación de bienestar y posteriormente contribuyen a un mejor descanso. Además, memorizar los pasos y seguir el ritmo, exige un estado de concentración que obliga a mantener la mente centrada y alejada de divagaciones, problemas y pensamientos negativos.

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Cuerpo en forma

Es sabido que practicar ejercicio es fundamental para mantenerse en forma. Y el baile es una de las formas más divertidas y eficaces de hacerlo. La danza jazz obliga a trabajar una gran cantidad de grupos musculares, a la vez que activamos el organismo. De esta manera cuidamos nuestro cuerpo y nuestra salud, sin darnos cuenta, sin sufrir y de forma muy divertida.

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Corazón sano

Los beneficios de la danza jazz también se notan en el interior del cuerpo. Al ser un ejercicio muy aeróbico, se estimula la actividad cardiovascular y mejora el ritmo cardiaco y la capacidad pulmonar. También favorece la circulación, lo que ayuda a controlar la tensión sanguínea y el nivel de colesterol.

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Huesos fuertes

El ejercicio es fundamental también para cuidar de nuestro esqueleto. Bailar es una actividad se requiere mover los músculos, las articulaciones y los cartílagos y con el tiempo, se fortalecen. Esto nos va a ayudar a prevenir lesiones y problemas de osteoporosis o artrosis.

La danza jazz además está de moda porque es creativa, apasionada y apta para todas las personas. No te lo pienses más y anímate a aprender.